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Mostrando entradas de julio, 2011

RING RING

Ese día todo me irritaba, hasta el hermoso canto de los pájaros me era insoportable. Lo único que mis oídos pedían escuchar era el sonido de lo que aún no se escuchaba.

ENGAÑADA POR EL MIEDO

Ella dormitaba en su habitación mientras sus sentidos seguían atentos a todo lo que pasaba a su alrededor, se concentraron todos juntos en un pequeño sonido que avanzaba hacia ella. Su cuerpo comenzó a temblar, le sudaban hasta las uñas de miedo y nuevamente como todas las noches las sensaciones se disolvieron sin explicación.

CATARSIS

Seguramente ahora estén todos en postura de velorio. Y él con cara de moribundo mirando lastimosamente al niño, como si hubiera quedado huérfano. ¿ Vos me podes explicar por que el mundo es tan machista? si esto fuera al revés nadie lo señalaría con el dedo y jamás podría yo haberlo echado de casa. Gracias a todo este circo, el niño debe creer que no lo quiero, que no me importa, vaya uno a saber lo que le dijeron de mi, de todo menos la verdad. Su padre nunca supo enfrentar  la realidad de las cosas y siempre con esa cara de victima que me altera los nervios. ¿ Te acordás cuando no se animaba a llamarme por teléfono y lo mandaba a mi niño? que ridiculez de hombre, no sé cómo pude, tantos años. Yo también tuve culpas en hacerle caso a sus simulacros y tratar siempre de disimular contigo delante del niño como tratándolo de tonto. Seguramente siempre lo supo, haciéndose el d...

UN BATIDO CON SIGNIFICADO

Según dicen, las cosas tenemos que decirlas y hacerlas en el momento que las sentimos. Después es simplemente imitar ese sentimiento. Por eso hoy, luego de tanto sin verte no quiero perder el tiempo contándote de mi sin antes abrazarte y que me digas y decirte todo lo que siento en mi que pertenece a vos. Quiero escucharte hablar mientras te miro a los ojos sin que lo notes por tu ceguera, acariciar tus manos arrugadas y tu pelo plata brillante. Pedirte que me cuentes otra vez esa historia del abuelo y su barco. Ahora lo que siempre te pido desde chica... me haces un huevo batido, abuela?

LA CAFETERIA

  Esa habitación llena de libros encastrados en la pared no se parecía en nada a un hogar, pero así era. Paul vivía ahí.   Su cocina la podía medir con una tabla de quesos y estaba continuada por el duchero el cual tenía que abrirlo con mucho cuidado para no mojar la colcha que cubría su cama.  Así era vivir en París, una persona sola como era su caso, con un trabajo aceptable, era para lo que daba alquilar.  El era muy feliz así, amaba su trabajo, disfrutaba de colocar todos los días granos de café en la máquina gigante y oler sus manos luego de quedar invadidas por ese aroma intenso. Siempre se encontraba detrás de la gran barra de madera con vidrio debajo dejando ver todas las variedades de café que eran utilizados. No había casi mesas, los mismos clientes habían impuesto la costumbre de tomar sus cafés parados o apoyados en la barra .  Paúl amaba todo aquello, tenia largas conversaciones con cada antiguo y nuevo cliente. Su vida era simple, bajab...

COMO EN UN SOTANO

No sabía dónde estaba ni de que se trataba. Se sentía apretada y ahogada, le costaba respirar. Comenzó a moverse suavemente con miedo, primero movió una mano, luego la otra, continuó con  todo el cuerpo. Ya vuelta en razón comprendió que iba a pasar un tiempo entre esas cuatro paredes y bajo ese mismo techo que acotaba sus movimientos. Sabía tendría que respirar hondo y no enloquecer por el encierro. Controlar su mente acompañada de esa inmensa ansiedad era difícil, pero valía la pena. Tenía que esperar a que ese profesional, recibido en vaya a saber donde, decidiera cuál sería su momento. De vez en cuándo alguna luz pasaba por su techo, ella se asustaba y cerraba los ojos. Sólo se alimentaba cuando alguna persona decidía tirar su alimento por un tubo que llegaba hasta ella. Escuchaba voces y en sus oídos retumbaban los pasos. Pero había una voz especial, una mujer que debería de vivir allí arriba, porque sus palabras se le repetían todos los días llenando de paz su ser. Al escucha...

AGRESIONES ESPERADAS

Sentados frente a frente comenzaron a dolerme en el pecho las palabras que escuchaba. Al subir el tono de su voz el dolor aumentaba y mis oídos pedían cerrarse. Quise esconderme dentro de mí, sólo concentrarme en el hermoso comienzo de esa cena, miré la mesa y sentí el aroma de las velas encendidas. Me descubrí reflejada en aquella botella recién descorchada y un dolor en mi mejilla me trajo nuevamente, su mano pesada generaba estruendos en mis costados y veía el cebo caer como gotas de rocío encendidas, llegaban a la alfombra y se endurecían como un baño de azúcar, el me arrastraba por el suelo mientras yo observaba tan de cerca el exquisito color morado de las manchas de vino, esparciéndose en forma de pétalos por la hermosa alfombra rosa, mientras entraba en un mundo de ausencia por mi esperado desmayo.

QUERER QUERERME

Cubrí mis hombros con una hermosa manta llena de tejidos tan suaves que acariciaban mi desnuda piel. Salí a descubrir las estrellas en la fría noche de invierno. Sólo se escuchaba a través de mis pasos el crujir del pasto casi congelado. Sentía la brisa que se mezclaba entre los puntos de aquella manta y me llenaba una sensación de frescura que erizaba mi piel. Al levantar mis parpados pude ver el hermoso campo iluminado por la luz que irradia la naturaleza por las noches. Muy lentamente esa bella imagen quedaba borrosa por los lagos que en mis ojos comenzaron a nacer, cruzando mis brazos hasta mis omóplatos sentí ganas de darme ese abrazo necesitado.

IMÁGENES SENSORIALES

Como todas las madrugadas sentí crujir la madera del piso con sus pasos llenos de ansiedad pero extremadamente lentos por su antigua edad. Abrí mis ojos como si  así fuera posible escuchar con más claridad y descubría exactamente cómo se formaba su camino hacia la cocina siempre de costumbre, era tal el silencio que sentí la goma de la heladera despegándose lentamente con la fuerza que venía desde afuera. Tomó la jarra de agua y anticipándome a lo que se venia cerré mis ojos para concentrarme en el chorro cayendo dentro del vaso, me imaginaba como el agua caía en el fondo de ese vaso salpicando las paredes, llenándose desaparecían esas gotas al juntarse con el resto del agua. Así comenzó a mezclarse en mí, la profundidad del sueño.

LA HISTERIA DE LA VEJEZ ASUSTA

Su cara era tosca como su corazón, la edad ya avanzada empeoraba cada vez más esa forma de expresarse y de sentir. Apoyada en su bastón y malhumorada por la larga espera sintió que alguien tocaba su hombro. Dándose la vuelta descubrió a un pequeño niño en brazos de su madre la cual nunca se percató de tal situación. La anciana se incorporó nuevamente observando con esfuerzo el indicador de números muy impacientemente. Por segunda vez sintió un pequeño dedo tocando su hombro, al saber de qué se trataba no hizo esfuerzo alguno por mirar hacia atrás, pero la sospecha de otra impertinencia la obligó a darse vuelta abruptamente y casi queriendo, asustó a ese niño que sólo gustaba de tal vejez.

DESPEJARSE UN MOMENTO

Manejando por la eterna carretera sintió ganas de descansar un momento. Aparcó el automóvil a un costado de la gran montaña y a unos pocos centímetros de un terrible precipicio salio sin cerrar la puerta y simplemente se mantuvo parada con sus brazos extendidos degustando un sol de estación interrumpido por las sombras que forman las puntas de las grandes montañas.

PROPIETARIOS

Una vez te dije que se haría realidad nuestro sueño, mírame ahora donde estoy, ¿te lo dije o no?. Este lugar es increíble  mejor no nos podía haber salido. Esa noche terminando de escribirle a su gran amigo que varios años atrás había partido al mundo del más haya, tomó su copa de vino la alzó mirando al cielo y gritó ´´ todo esto ahora es nuestro´´, y volvió a instalarse con postura de nuevo propietario dentro de la pequeña carpa que había armado y colocado en medio de un gran terreno que sólo tenía tierra, pasto y muchísimos yuyos, pero donde el ruido del mar era claramente escuchado.

SENCILLA FELICIDAD

La niña miró por última vez ese árbol tan alto pero ellas no aparecían, sólo se escuchaban las hojas pegarse entre sí por el suave y apenas sentido del viento, tomo el manillar de su bicicleta vieja. Y cuando estaba por dar el primer pedalazo se dio cuanta que la cadena estaba suelta. Bajó por segunda vez de su bicicleta y antes de mancharse las manos con la grasa oyó un sonido familiar. Tiró su cuello hacia atrás y ahí estaban esas dos, cantaron sin parar por largo rato, la niña las observó muy tiernamente. Con gran imaginación supo que el primer repertorio había terminado así que mientras ellas seguían con sus cantos colocó su cadena, refregó sus manos en el pasto y subió nuevamente a su bicicleta. El árbol volvía a quedar vacío y en silencio.

NO ES LO QUE PARECE

Esa noche era la mas importante dentro de la gran mansión. De los techos colgaban grandes arañas de cristal que con la suave brisa colada por las rendijas de las enormes ventanas hacían resonar unas leves notas angelicales. Una corpulenta alfombra con destellos azules cubría todas las salas menos la cocina, donde nadie más que la servidumbre entraría allí. Todo parecía perfecto hasta que llegó la hora y ella nunca apareció.

LUCHA NATURAL

Tirada sobre la tierra húmeda, mis manos sumergidas en el agua oscura y helada luchaban contra la corriente de ese río enfurecido, logré sostenerlo y al salvarlo me encontré defendiendo mi propia vida.

CONOCERME TODOS LOS DÍAS

Todas las mañanas se acercaba a esa cama en miniatura que no ocupaba mas que un pequeño rincón de un enorme cuarto. En muchos momentos le costó entender de qué se trataba todo aquello, se preguntaba qué era lo que había cambiado en su vida. Para él cambiaba todos los días y siempre se sentía por primera vez en cualquier lugar. En algún momento se daba cuenta que tenía pensamientos repetidos y al final del día entendia la razón, pero a la mañana siguiente todo comenzaba de nuevo. Siempre se cruzaba con una mujer por el largo pasillo que conectaba las salas. Nunca la saludaba ya que no la conocía y no le importaba generar vínculo alguno, sólo observaba cómo ella con una sonrisa lo miraba fijo a los ojos y muchas veces trataba de acariciarlo disimuladamente. Se molestaba mucho por no saber quién era esa, pero también entendía que alguien debía de estar cuidando a la criatura que en su cuna dormía...

DESPRENDERSE

Con esfuerzo cerro la puerta sabiendo que seria la ultima vez que lo haría, en la calle la esperaban con otra puerta abierta. Entró en ese auto y se sentó con esfuerzo expresando el dolor de sus articulaciones combinadas con la de su corazón. Observó por última vez la fachada hermosa e iluminada por el sol del mediodía, y como por un tubo entró en los recuerdos que todavía bailaban en el interior de esa casa, era la primera vez en mas de 70 años que la dejaba. La tristeza era inmensa y sabia que sin ella su mundo se agotaba, su mundo todavía estaba allí dentro.

NOTICIA

En ese momento tuve la necesidad de que dos mastodontes como grandes elefantes ingresaran a mi corazón y protagonizaran una furiosa y espectacular estampida de sentimientos dolorosos terminando con la vida de aquel guardián que no deja entrar otros sentimientos que se pierden.