Una mujer brillante al entrar en su parque de diversiones se inunda de aromas y sensaciones únicas. Es hora de su momento, de su propio juego, de vestir a esa muñeca que es ella misma. Sube a la calesita, la cual la lleva por los pasillos mas bonitos formados de percheros llenos de vidas colgadas, esperando subir a ese poni que baila.Observa la cantidad de dulces tentadores que la esperan para ser degustados y combinados con algún otro que le genere la saciedad que esta buscando. Al subir las escaleras para sentir ahora más adrenalina de montaña rusa, mira desde arriba ese parque iluminado que tanto le gusta recorrer. Pero las luces no la encandilan y ella sigue en la búsqueda de más diversión. Con la audacia que la identifica baja de la montaña para poner en movimiento la rueda gigante, a la que hace girar lentamente para no perder ni un detalle de tal parque. Y ahora, uno de los juegos más excitantes para toda mujer, la casa de l...
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