MUERTE PREMEDITADA


Para que su crueldad sea magnifica organizó todo de tal manera que no existía lugar para un posible error, claramente tenía un plan B pero sabía que las posibilidades de falla eran casi nulas. Observó muy quietamente por el pestillo roto de una puerta, esperando que del otro lado apareciera él, tentado por el color y el aroma de un sabroso trozo de queso que lo llevaría a su encierro eterno.

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